jueves, 28 de junio de 2012

UnCambioPequeño

Siempre fuí de aquellas personas que valoraban más lo material, un gesto que costara un esfuerzo material (no solo dinero, pero si algo material, por ejemplo valoraba más una flor que un abrazo), siempre tuve como objetivo principal desenvolverme en algo que me dejara "buenas ganacias" (o un sueldo reguleque), siempre me preocupaba de la figura (andar muy arreglada, muy peinada y muy pintada por sobre todo), siempre primero la ropa, después la comida, siempre pensaba en conseguir cosas materiales y jamás en conseguir experiencias...
... Hasta que un buen día, no se como ni porque, eso comenzo a cambiar.
Hoy valoro tanto un abrazo o un pequeño gesto como llegar a la hora, calentar un pan o abrir una puerta, quiza tan solo recibir un saludo desde lejos, hoy sé que no me importaria ganar menos plata que actualmente, mientras sea más feliz aun en mi trabajo. Hoy uso maquillaje solo para trabajar (base sobre las marcas de acne, solo por necesidad, delineador y rimel) y para carretear (donde el maquillaje depende de la ocación), los demás días acostumbro usar encrespador y la base que cubra el acne (y solo donde haya alguna mancha), pues comprendí que no es una cara estucada y falsa la que se debe llevar, si no una verdadera mirada, una sonrisa real... eso me podrá abrir más puertas incluso que un maquillaje impecable.
Mi pecado, si, sigo amando comprarme ropa, pero sé tener prioridades.
Mi sueño: tener experiencias que me lleven más allá de todo lo que conozco. Ya no me importa tener un auto, pero si disfrutar de un lindo viaje.
Aun sigo soñando tener una casa o departamento propio, pero no por "ser la mina bakan con casa propia", si no por la rica satisfacción que deja saber que al hogar que llegaste es TU hogar, fruto de tu esfuerzo.
Ya no quiero las cosas regaladas y faciles, soy feliz luchando por cada objetivo, por cada sueño.
Ya no quiero tener todo lo material del mundo, solo quiero recibir un abrazo que paralice mi mundo, un mundo donde vale tanto el cantar de un pajaro, como el ladrar de un perro o ver salir el sol.
Un mundo donde al fin comprendí que lo natural y lo simple, esas cosas pequeñas que no cuestan ni un peso (un abrazo, una sonrisa, un sueño, una lucha, un beso) valen más que todo el oro del mundo.
Ese mundo donde comprendí que no solo se debe disfrutar del objetivo, si no tambien... del camino hacía ese destino.
Me alegra tanto haber comprendido un día, no se como ni cuando, este tipo de cosas.

1 comentario:

Domi Molina dijo...

Has madurado mi pequeño poni!!!