martes, 15 de mayo de 2012

Cambiando el Mundo

Así me sentí por un instante... Se podrá cambiar algo en el mundo, en el trascurso natural de la vida, con una acción tan simple?
Hoy, mientras iba en un tren del metro línea 5 de Santiago, desde Parque Bustamante (donde inicié mi viaje), hasta Bellavista de La Florida (donde culminó), note sin extrañeza a una niña, de aproximadamente la misma edad que yo, apoyada en el costado de la puerta, con sus ojos siempre fijos hacia afuera.
Esta actitud no me llamó en nada la atención, millones de veces he ido así en el metro, pero en algún punto de mi viaje, por algún motivo que desconosco, mire a esta niña a través del reflejo que generaba el vidrio.
Ahí pude ver sus ojos llorozos. Me pregunte que ocurrirá, pero me respondí " debe haber bostezado".
A poco de bajarnos (ella se bajo en la misma estación que yo) mire otra vez su rostro y pude ver como esos ojos que se veían húmedos momentos antes, ahora habían pasado a ser ríos de lágrimas.
Que inquieta me sentí en ese momento: Sentí en mi interior que el motivo de su llanto era una pena de amor, la mire intentando secar sus lágrimas y disimular su llanto sin conseguirlo. Un segundo antes que la puerta se abriera me acerque a ella y (supongo que por los nervios de jamás haberlo hecho) le pregunte "estas bien?" en vez de hacer la pregunta correcta "que te ocurre?", ya que era obvio que no estaba bien.
Como me lo esperaba, la niña me respondió "sí, no se preocupe".
Notoriamente no le ayude a disminuir su pena o dolencia, ni la ayude a desahogarse, pero con mi pregunta, que le llego de forma inesperada, conseguí sacarle una carcajada bastante nerviosa pero larga. Vi en sus ojos una pequeña luz de alegría al responderme.
En el camino al cine me fue preguntando " cuantos destinos cambiaríamos si le preguntáramos a todos como se sienten? Quizá hablar con un desconocido que no te juzgara ni volverás a ver sería la clave para aminorar las penas?"
Tal vez algún día tenga la respuesta. Por ahora, continua la duda en mi mente y el anhelo de aprender a saludar a todo el mundo. 
Una sonrisa y un "hola" amable, puede cambiar la actitud de un día completo.

PD: todo aquel que necesite hablar, solo llameme. Si no puedo oírle en el momento le oigo después. Aveces no necesitas consuelo ni respuestas, solo oídos que se abran a oírte.

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